La proyección que los medios industriales de producción provocaron al imaginar el planeta entero como un inmenso stock de existencias puestas a disposición del ser humano para su utilización indiscriminada, adquiere en el siglo XXI un alcance cósmico y expansionista con las exploraciones espaciales iniciadas en 2018 por la empresa Space X del magnate Elon Musk.
La apropiación depredadora de los recursos naturales conoce ahora una nueva etapa, que saltea las fronteras planetarias y vuelve ya no solo a la Tierra sino al universo entero un cúmulo de riquezas colocadas a disposición de tecnócratas e ingenieros.
Este corrimiento de los límites geográficos (que es, también, una alteración de esquemas ontológicos) implica repensar si puede seguir considerándose la historia de la especie humana como “la ejecución de un plan secreto de la naturaleza”, tal como lo planteara Kant en su Idea de una Historia Universal en Sentido Cosmopolita, hacia 1784.